El Seminario Luterano Augsburgo originalmente fue fundado en 1964 en la Ciudad de México para servir a Iglesias Luteranas no sólo de México sino también de Centoamérica y parte de Sudamérica. Durante los 17 años siguientes, hasta 1981, el Seminario graduó a 33 alumnos para servir en el ministerio pastoral, y preparó a muchas personas más para servir en distintas áreas del ministerio. Desde esta etapa, formaba parte de la Comunidad Teológica de México, un consorcio ecuménico de seminarios cristianos que trabajan en conjunto para preparar a sus estudiantes.
Debido a una variedad de factores, el Seminario dejó de funcionar como tal en 1981. A partir de ese año, las propiedades del Seminario comenzaron a ser usadas para una diversidad de programas educativos de otra índole, sobre todo para grupos que venían del extranjero para aprender acerca de las realidades sociales y el trabajo de ministerio en México. La administración de las propiedades estuvo a cargo de un consejo de la Asociación Civil Mexicana de Acción Cultural y Social, A.C. (ACMACS), en el que ha habido representantes de la Iglesia Evangélica Luterana de América (ELCA), la Iglesia Luterana-Sínodo de Missouri (LCMS), y representantes de las iglesias luteranas mexicanas.
El SEMLA es el seminario de la Iglesia Luterana Mexicana, A.R. (ILM) y del Sínodo Luterano de México, A.R. (SLM)
La historia cuenta que a partir de mayo de 1997 se empiezan a reunir los dos profesores luteranos que trabajaban en la Comunidad Teológica de México (CTM), José Alcántara y David Brondos, el alumno luterano de la ILM Moisés Pérez, y el pastor Abiut Fajardo del SLM, para hablar sobre la posible reapertura del SEMLA.
Tanto la ILM como el SLM ven con entusiasmo estas reuniones y aceptan participar en el primer Consejo General del nuevo SEMLA. Ahí se toman las decisiones de nombrar a los profesores para que hicieran el currículo del SEMLA. Se nombró a David Brondos Coordinador del Seminario, se hizo la Constitución del Seminario, firmando el Rvdo. Trejo de parte de la ILM y el Rvdo. Fajardo de parte del SLM, y se llegó a un acuerdo con la Asociación Civil (ACMACS), para que se facilitara un espacio para la oficina del SEMLA y se prestaran otros espacios para las clases y otras actividades del SEMLA.
En el semestre de otoño del año 1998, reinició sus trabajos el Seminario Luterano Augsburgo con dos profesores, José Alcántara y David Brondos, y con cuatro alumnos: Moisés Pérez y Abiut Fajardo, quienes ya tenían estudios en la CTM que fueron revalidados en el SEMLA; Roberto Trejo de la ILM; y Carlos Catalán, quien provenía de la LCMS en los Estados Unidos. La apertura oficial se hizo con dos actividades, a las cuales fueron invitados representantes de las congregaciones luteranas del la Ciudad de México y de los otros seminarios que forman parte de la CTM. Se celebró un culto el sábado 19 de septiembre de 1998. Aparte de asistir los profesores y estudiantes, participaron el presidente de la ILM, el Rvdo. Daniel Trejo, y el vicepresidente del SLM, el Rvdo. Jaziel López. Los invitados especiales incluyeron el Rvdo. Dr. Roberto Huebner, el último rector del SEMLA de su etapa inicial, quien tuvo a su cargo la predicación, y los Profesores José David Rodríguez y Víctor Westhelle de la Lutheran School of Theology at Chicago.
Desde el principio, la visión del SEMLA ha sido la de servir como un espacio teológico que fomente el bienestar, el desarrollo, la expansión y buen desempeño de la Iglesia del Señor Jesucristo en México y Latinoamérica. Es un espacio abierto tanto para estudiantes luteranos como para estudiantes de otras denominaciones que quieran preparase para servir en la Iglesia.
Desde su reapertura en 1998, han estudiado más de 25 alumnos en el programa de la Licenciatura del SEMLA, aunque no todos terminaron titulándose. En 1999, el Seminario recibió a su primera mujer como alumna, María Elena Ortega, y un año después ingresó otra alumna, Sofía Tenorio.
En abril de 2005 David Brondos dejó la Coordinación del Seminario después de ocupar esa posicón desde la reapertura del Seminario en 1998, para dar lugar al Prof. Moisés Pérez Espino como nuevo Coordinador. El Prof. Espino había sido el primer alumno titulado del Seminario en el año 2000.
En 2008 se celebraron los 10 años de la reapertura del SEMLA, y se festejó invitando al Profesor Roberto Hoerferkamp, el segundo rector del SEMLA en su primera etapa. Además tres estudiantes mujeres presentaron sus trabajos de Titulación: María Elena Ortega habló sobre “Libertad y Discipulado,” Sofía Tenorio disertó sobre las “Bases Bíblico-Teológicas para la Ordenación de la mujer,” y Ángela Trejo hizo una interpretación narrativa sobre el pasaje de Marcos 14:3-9, “La mujer que ungió a Jesús”.
Las tres estudiantes, fueron ordenadas por la Iglesia Luterana Mexicana en abril del 2009. Esta decisión de la ILM llevó a que el Sinodo Luterano se separe del SEMLA
Entre 2007 y 2008, se ofreció un Diplomado en Tanatología con el apoyo de la Mtra. Alma Rosa Correa. Este Diplomado fue muy valioso, y en 2009 se realizó la graduación en la que 10 alumnos y alumnas recibieron su diploma.
En junio de 2011, se vio cristalizado un proyecto que se tenía desde 2008 de ofrecer un programa de Cursos en Línea por internet. Se le pidió al Dr. David Brondos servir como coordinador de este programa. En los primeros seis meses, más de 60 personas se inscribieron a los cursos, aun cuando no todos lograron completarlos. Ese número sigue aumentando continuamente, y hasta 2020 se habían inscrito alumnos no sólo de México sino de todos los países de América Latina, de España, de Francia y de los Estados Unidos.
En el 2018 se celebraron los 20 años de reapertura del SEMLA, con un encuentro presencial y en línea con alumnas y alumnos que han estudiado con nosotros.
Los que formamos parte del SEMLA seguimos trabajando arduamente, para que nuestros anhelos y planes, manifestados en nuestra Misión y Visión, sean una palpable realidad. Asimismo, nos alegramos de que la presencia luterana en la Comunidad Teólogica de México se ha fortalecido y se cuenta con el respeto de los estudiantes de los otros seminarios por el compromiso de sus profesores con las cuestiones académicas y pastorales.